marzo 28, 2024

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Aprendizajes de una vida en el mar y citas de navegación que los reflejan

yate por iceberg en svalbard

Estar en el mar es uno de los entornos más genuinos e intransigentes que se pueden experimentar. En una época cada vez más dominada por los matices de los sentimientos y las percepciones, el mar permanece indiferente a tales sutilezas. Plantea un desafío directo, que a menudo sondea el núcleo mismo de nuestro ser, exigiendo respuestas inequívocas. El océano no admite excusas ni esfuerzos parciales; es un reino en el que sólo tienen valor la preparación y la acción tangibles. Si las velas están mal puestas, si el equipo necesario no está a punto, o si no tienes los conocimientos necesarios en el momento de necesidad, el mar expone estas carencias sin piedad. Pone a prueba rigurosamente la habilidad, la determinación, la valentía y el carácter de cada uno, sin ofrecer refugio ni margen para el disimulo. Este escrutinio implacable y esta honestidad son una rareza en la sociedad contemporánea, en gran detrimento nuestro. La vida en el océano cultiva virtudes como la integridad, la resistencia y la claridad mental, lo que explica por qué los marineros avezados a menudo exudan una autosuficiencia, una tranquilidad y un ingenio notables. El océano es nuestro instructor implacable, nuestro amigo y un campo de pruebas como ningún otro. Éstas son las lecciones clave que nos enseña el mar.

  1. Adaptabilidad y resiliencia

Estar en el mar es aceptar cambios constantes, con condiciones que pueden pasar de la calma a la furia sin apenas aviso; el equipo puede romperse de repente; los estados del mar pueden ser inesperados; las ballenas pueden chocar contra tu casco: Los marineros deben adaptar constantemente sus estrategias, tomar decisiones rápidas y seguir siendo resistentes ante la adversidad. El mar es una fuerza demasiado grande como para discutir con ella: es lo que es en ese momento, y un marinero simplemente se adaptará a ella lo mejor que pueda. No pueden luchar contra ello y no pueden rendirse. Simplemente siguen adelante, y normalmente con una sonrisa en la cara.

  1. El valor de la preparación

Antes de hacernos a la mar, hay una meticulosa planificación y preparación. Tenemos que asegurarnos de que tenemos el equipo adecuado, las herramientas adecuadas, suficientes recambios, suficiente comida, etc. Una vez en el mar, estamos solos en una burbuja de autosuficiencia. Si has olvidado o pasado por alto algo, al mar no le importa. El viento seguirá soplando, las olas seguirán avanzando y las corrientes seguirán tirando. Demasiados barcos antaño majestuosos que conquistaron los océanos yacen ahora en su fondo, para no volver a ser vistos jamás, el océano se los ha tragado como si nunca hubieran estado allí.

  1. Respeto a la Naturaleza

En el mar, uno aprende rápidamente a respetar el poder y la imprevisibilidad de la naturaleza. El extraordinario poder del viento puede barrerlo todo a su paso. Puede dejarte sin aliento y sin fuerzas para pensar. Sólo hay que pensar en las olas gigantes del surf para conocer el poder del agua, contemplando con asombro cómo se estrellan contra la orilla con un ruido y una furia que excitan y asustan. En el mar, vemos las mismas olas, pero de unos 10 o 15 metros de altura, con grandes crestas espumosas y la incapacidad de evitarlas, sólo de cabalgarlas lo mejor que podamos. Uno no puede evitar desarrollar un profundo sentido de la humildad y un verdadero aprecio por el medio ambiente. Nos enseña la importancia de vivir en armonía con el mundo natural y nos recuerda nuestra responsabilidad de protegerlo.

  1. Paciencia y perseverancia

A menudo les digo a los nuevos tripulantes que si hubieran querido ir de A a B, la mejor forma de hacerlo sería haber volado. Es rápido, sencillo e indoloro. Si hubieran querido sólo el romanticismo del mar, deberían haber cogido un crucero. Sin embargo, han elegido ir en un velero, que viajará a 6-10 nudos, a menudo en la dirección equivocada, y con muchos cabeceos, guiñadas e incomodidades por el camino. ¿Por qué? ¿Por qué han elegido esta vía? Eso es para otro artículo, pero lo que está claro es que navegar requiere paciencia, desde esperar el viento adecuado hasta participar en largas travesías. Si el mar no está preparado para nosotros, no importan los tiempos ni las necesidades que podamos tener, tendremos que esperar. Verás que los navegantes oceánicos son excelentes manteniendo el rumbo, mostrando un compromiso a largo plazo y aceptando que a menudo las cosas no pueden suceder “ahora”.

  1. Autonomía y trabajo en equipo

Navegar por el océano es una verdadera mezcla de desarrollo de tu autosuficiencia, pero también de aprendizaje del verdadero valor del trabajo en equipo. Es fácil “esconderse” en un equipo y dejar que otros hagan el trabajo pesado. Tal vez no te ofrezcas voluntario para avanzar cuando la cosa está difícil o preparas una comida rápida cuando te toca, en lugar de una comida buena y nutritiva. Cuando estés cansado, con frío, nervioso y confuso, verás que tu carácter se pone a prueba. Puede que quieras rendirte, esconderte o evitar asumir la responsabilidad, pero es precisamente ahora cuando tienes que hacerlo. Tener y construir esa auto-resiliencia es clave. A la inversa, es esa autorresiliencia la que luego te permite ser un verdadero miembro de la tripulación. Arrimarás el hombro, te pondrás a trabajar en equipo por el bien común, simplemente porque ya no estás pendiente del número uno.

  1. El poder del silencio y la soledad

El mar ofrece momentos de profundo silencio y soledad que permiten la introspección y el crecimiento personal. Nos enseña la importancia de tomarnos tiempo para reflexionar, despejar la mente y reconectar con nosotros mismos, fomentando el bienestar mental y emocional. En el mundo moderno, nos bombardean con mensajes y estímulos cada segundo de cada día, y como resultado, nunca descansamos. Intenta comunicarte o pensar en una habitación ruidosa, es difícil, y sin embargo es lo que nos pedimos hacer cada día. En el océano, sobre todo para los que viajan en veleros, hay verdadera paz y sólo nos acompañamos a nosotros mismos o a una pequeña tripulación. Éstos son los momentos que atesorarás.

  1. Afrontar los miedos y abrazar lo desconocido

La verdadera aventura, a diferencia de su prima empaquetada y domesticada, significa embarcarse en algo sin tener un resultado asegurado. Cómo pienses, actúes, trabajes y crees afectará al resultado. Incluso entonces, puede que no funcione como deseas. Alejarse de tierra firme y adentrarse en lo desconocido, en la inmensidad del océano, puede dar miedo, sobre todo cuando sabemos que las cosas van a ser difíciles ahí fuera. Puede que estemos en un yate que no conocemos bien, con una tripulación que no conocemos y un pronóstico incierto. En una situación así, es fácil “apartarse” e intentar evitar los siguientes momentos, horas o días. En cambio, lo que el mar te alcanzó es hacer lo contrario. Atrae hacia ti la incertidumbre o el malestar. Para estar seguro y tener éxito, tienes que aceptar la situación y adueñarte de ella. Hazlo y descubrirás que tu ansiedad disminuye y tu capacidad para tener éxito aumenta exponencialmente.

  1. Apreciar el momento

La belleza de una puesta de sol en el mar, la tranquilidad del agua o la emoción del avistamiento de una ballena enseñan a cada marinero, cada día, la importancia de estar presente y apreciar los placeres sencillos de la vida. Como todo verdadero marinero sabe, nos recuerda que debemos ir más despacio, saborear el momento y encontrar la alegría en el viaje. Hay tantas cosas que damos por sentadas en la vida moderna y de las que ya no obtenemos ninguna alegría. Pero pasa unos días sin agua caliente y es mágico sentir ese torrente cálido en las manos. Pasar frío y mojarse en cubierta y bajar al calor y la sequedad es más que maravilloso. Esos momentos son de pura alegría; sin embargo, tenemos calor, ambientes secos y agua caliente cada momento de nuestra vida y apenas nos damos cuenta. Esto nos lleva a buscar cada vez más fuentes de felicidad, que a su vez se normalizan y pasan desapercibidas. La alegría y la felicidad no tienen relación con el dinero gastado ni con las posesiones. proceden de lo que haces, de lo que ves y de lo que experimentas, y la mayor parte de eso viene de forma muy sencilla.

Conclusión

Las lecciones aprendidas de la vida en un velero en el océano son tan vastas como el propio océano y todos seguimos aprendiendo. Nos recuerdan nuestras fortalezas y vulnerabilidades, nos enseñan sobre la resiliencia, la preparación, el respeto a la naturaleza y el valor del silencio y la soledad. Estas experiencias forman nuestro carácter, guían nuestras elecciones y enriquecen nuestro viaje por la vida. Para terminar, hay algunas citas de navegación verdaderamente inspiradoras que he ido recopilando a lo largo de los años y que captan maravillosamente todas estas lecciones. ¡Disfrútalo!

Autor: Bruce Jacobs, 28 de marzo de 2024

Citas inspiradoras sobre la vela

  • “Para llegar a un puerto, debemos navegar-Velar, no anclar-Velar, no ir a la deriva”. – Franklin D. Roosevelt
  • “Es sorprendente lo rápido que un viento bueno y favorable puede barrer las enloquecedoras frustraciones de la vida en la costa”. – Ernest K. Gann
  • De vez en cuando teníamos la esperanza de que si vivíamos y éramos buenos, Dios nos permitiría ser Piratas”. – Mark Twain
  • Descubrió que tener algo que hacer evitaba que te marearas, y que incluso un trabajo como fregar una cubierta podía ser satisfactorio. Le gustó mucho esta idea y, más tarde, dobló las mantas de su litera de forma marinera, guardó sus pertenencias en el armario de forma marinera y utilizó “estibar” en lugar de “ordenar” para el proceso de hacerlo. Tras dos días en el mar, Lyra decidió que aquella era su vida – Phillip Pullman
  • “Nunca podrás cruzar el océano si no tienes el valor de perder de vista la orilla”. – Cristóbal Colón
  • “Los marineros, con su sentido incorporado del orden, el servicio y la disciplina, deberían realmente dirigir el mundo” – Nicholas Monsarrat
  • “Dentro de veinte años estarás más decepcionado por las cosas que no hiciste que por las que hiciste. Así que suelta las amarras de proa. Navega lejos del puerto seguro. Atrapa los vientos alisios en tus velas. Explora. Sueña. Descubre”. – Mark Twain
  • El que no zarpe hasta que hayan pasado todos los peligros, no debe hacerse nunca a la mar”. – Dr. Thomas Fuller
  • “El arte del marinero consiste en no dejar nada al azar”. – Annie Van De Wiele
  • “El mar odia a los cobardes”. – Eugene O’Neill
  • “Un marinero es un artista cuyo medio es el viento”. – Webb Chiles
  • Los días pasan felices conmigo dondequiera que navegue mi barco”. – Joshua Slocum
  • “No es que la vida en tierra me resulte desagradable. Pero la vida en el mar es mejor”. – Sir Francis Drake
  • Qué inapropiado es llamar Tierra a este planeta, cuando está claro que es Mar”. – Arthur C. Clarke
  • “Eso es lo que es un barco, ¿sabes? No es sólo una quilla y un casco y una cubierta y velas, eso es lo que necesita un barco. Pero lo que un barco es, en realidad, es libertad”. – Capitán Jack Sparrow, “Piratas del Caribe”.
  • Un velero está vivo de una forma que ningún barco con energía mecánica lo estará jamás”. – Aubrey de Selincourt
  • Si eres un barco que quiere navegar con viento, ¡debes ser más testarudo que las olas! – Mehmet Murat ildan
  • El objetivo no es navegar el barco, sino ayudar al barco a navegar por sí mismo. Cualquiera puede llevar el timón cuando el mar está en calma. Es la disposición de las velas, no la dirección del viento, lo que determina hacia dónde iremos. Un mar tranquilo no está hecho para un marinero experto. Ven a navegar conmigo. Sigue navegando. Un hombre nunca se pierde en el mar. – Ernest Hemingway
  • Para tener éxito en el mar debemos simplificar las cosas”. – Pete Culler
  • “Un barco en puerto es seguro, pero los barcos no se construyen para eso”. – John A. Shedd
  • “No todos los tesoros son de plata y oro, amigo”. – Capitán Jack Sparrow, “Piratas del Caribe”.
  • Nunca debes despreciar el puerto en el que has nacido porque, por pequeño o malo que sea, ¡es el lugar en el que has empezado a navegar hacia el universo! – Mehmet Murat ildan
  • “Quería libertad, aire libre y aventura. Lo encontré en el mar”. – Alaine Gerbault
  • “Los pescadores saben que el mar es peligroso y la tempestad terrible, pero nunca han encontrado en estos peligros razón suficiente para permanecer en tierra”. – Vincent Van Gogh
  • Si vas a hacer algo, hazlo ahora. Mañana es demasiado tarde”. – Pete Goss
  • Vio cómo la distancia entre el barco y la orilla crecía hasta convertirse en un enorme abismo. Tal vez esto fuera un poco como morir, los que se van ya no son visibles para los demás, pero ambos siguen existiendo, sólo que en mundos diferentes. – Susan Wiggs, Escuela del Encanto
  • No hay mejor herramienta o equipo que puedas tener a bordo que una tripulación bien formada”. – Larry Pardey
  • “Ningún pesimista descubrió jamás el secreto de las estrellas ni navegó a una tierra inexplorada ni abrió un nuevo cielo al espíritu humano”. – Helen Keller
  • “En un día en que el viento es perfecto, basta con abrir la vela para que el mundo se llene de belleza”. – Rumi
  • “El mar habla un lenguaje que la gente educada nunca repite. Es una jerga carroñera colosal y no tiene respeto”. – Carl Sandburg
  • “El mar nunca ha sido amigo del hombre. A lo sumo ha sido cómplice de la inquietud humana”. – Joseph Conrad
  • “No desear nada más allá de lo que tienes es sin duda la felicidad. A bordo de un barco, a menudo es posible conseguir precisamente eso. Por eso navegar es una forma de vida, una de las mejores vidas”. – Carleton Mitchell
  • “Los barcos son lo más parecido a un sueño que las manos han fabricado jamás, pues en algún lugar profundo de sus corazones de roble yace el alma de una canción”. – Robert N. Rose
  • “Un mal día navegando es 100 veces mejor que un buen día en el trabajo”. – Anónimo
  • El mar, una vez que lanza su hechizo, nos retiene en su red de maravillas para siempre – Jacques Yves Cousteau
  • “El mar descubre todo lo que hiciste mal”. – Francis Stokes
  • “No puedo controlar el viento, pero puedo ajustar la vela”. – Ricky Skaggs
  • “Quien se deja adormecer por el mar corre un gravísimo peligro”. – Hammond Inés
  • “Navegar en un barco durante una tormenta es como bailar con la naturaleza en su forma más cruda”. – Desconocido
  • “El pesimista se queja del viento; el optimista espera que cambie; el realista ajusta las velas”. – William Arthur Ward
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